La «demencia» es un síndrome caracterizado por una alteración general de las funciones mentales. Esta alteración es progresiva, por tanto no se trata de un episodio o cuadro agudo. Se mantiene en el tiempo y los síntomas se intensifican además de aparecer otros nuevos.
Aunque las causas o etiología son orgánicas ( degeneración y atrofia del tejido nervioso)la manifestación es lógicamente funcional y debuta con marcados problemas en los procesos de memoria, en particular la episódica ( recordar lo que acaban de hacer, decir,quienes son ciertas personas,,etc).
Existen varios tipos de enfermedades degenerativas del Sistema Nervioso, que originan deterioro cognitivo en función de las causas y zonas afectadas. La demencia tipo Alzheimer pertenece a las llamadas demencias corticales, mientras que la Corea de Huntington y el Parkinson pertenecerían a las subcorticales.
Existen demencias vasculares, originadas por defectos del riego sanguíneo en el cerebro o por accidentes vasculares.
No existe relación necesaria y suficiente entre la edad y la demencia. Exite predisposición genética para a una determinada edad, que puede ser temprana o no,comience el deterioro y atrofia cerebral con la consecuente sintomatología cognitiva y psicoafectiva.
Por tanto se debe distinguir un proceso de envejecimiento cerebral normal, que puede relentizarse o acelerarse en función de hábitos de salud y actividad mental mantenida y un proceso de envejecimiento negativo o patológico debido a lesión orgánica o degeneración.
Hay síntomas que pueden alarmar como la dificultad observada en las personas mayores para encontrar nombres de personas, de objetos, etc, que en psicología se denomina anomia, o la aparición de despistes con cierta frecuencia, que no son signo seguro de existencia de demencia, sino que la expresión del envejecimiento.
Un dato importante que se debe recordar, es que las personas mayores a medida que van mostrando los síntomas descritos de anomia, despistes, lentitud de procesamiento y emisión de respuesta, se quejan de ello. Es frecuente escuchar de ellos » qué mala memoria tengo». Un paciente con demencia, no es consciente de sus fallos cognitivos y no se queja, e incluso lo niega.
Es relativamente frecuente encontrar en la consulta del psicólogo, pacientes ancianos que tras padecer una depresión más o menos definida en términos diagnósticos, comienzan a mostrar deterioro cognitivo especialmente en los procesos de memoria, atención, en el curso y contenido del pensamiento asociado a insomnio, falta de energía y otras manifestaciones psicoafectivas. Suele determinarse en estos casos la presencia de una pseudodemencia, asociada a la Depresión.